jueves, 25 de septiembre de 2014

Las comunidades y la investigación

A continuación presento una breve reflexión sobre dos de las lecturas sugeridas en el nivel 7 de TRAL, textos que he explorado con las gafas (o con el interés) de reflexionar sobre las oportunidades de crecimiento de mi APA en investigación.

En las Comunidades de Prácticas (CoP) caracterizadas por Lave & Wenger (1991), la informalidad parece ser un elemento central. Si bien se menciona la posibilidad de formalizar las prácticas, lo cierto es que la emergencia, como un concepto central de las CoP, parece dar amplia cabida a la flexibilidad y espontaneidad. Sin que ello constituya una en sí mismo desventaja, la plasticidad y el carácter líquido de estas comunidades, como las llamaría el sociólogo Zygmunt Bauman, hacen difícil ver cómo conllevan a productos comunes concretos como los que son necesarios en proyectos de investigación y en otras prácticas de aprendizaje.  

En el documento de Galvis & Leal (2008) se le da mucha más estructura a la comunidad, y por eso puede decirse que es más que un grupo con una base común de intereses. Tal vez la principal característica de estas Comunidades de Aprendizaje (CoA) puede nombrarse como un “mutuamente”. “Mutuamente” se refiere a (i) una aceptación colectiva de reglas de juego, a (ii) una participación INTER-relacional que contribuye al objetivo o interés común, y a (iii) una INTER-acción que consiste en un permanente dar y un constante aprovechamiento de las acciones de los otros. Es allí, en esta mutualidad, donde surge la confianza, y es desde esa confianza que puede transitarse hacia CoAs que desarrollan proyectos de investigación. 

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