A continuación presento una breve reflexión sobre dos de las lecturas sugeridas en el nivel 7 de TRAL, textos que he explorado con las gafas (o con el interés) de reflexionar sobre las oportunidades de crecimiento de mi APA en investigación.
En las Comunidades
de Prácticas (CoP) caracterizadas por Lave & Wenger (1991), la informalidad
parece ser un elemento central. Si bien se menciona la posibilidad de
formalizar las prácticas, lo cierto es que la emergencia, como un concepto
central de las CoP, parece dar amplia cabida a la flexibilidad y espontaneidad.
Sin que ello constituya una en sí mismo desventaja, la plasticidad y el
carácter líquido de estas comunidades, como las llamaría el sociólogo Zygmunt Bauman, hacen difícil ver
cómo conllevan a productos comunes concretos como los que son necesarios en
proyectos de investigación y en otras prácticas de aprendizaje.
En el documento de
Galvis & Leal (2008) se le da mucha más estructura a la comunidad, y por
eso puede decirse que es más que un grupo con una base común de intereses. Tal
vez la principal característica de estas Comunidades de Aprendizaje (CoA) puede
nombrarse como un “mutuamente”. “Mutuamente” se refiere a (i) una aceptación
colectiva de reglas de juego, a (ii) una participación INTER-relacional que
contribuye al objetivo o interés común, y a (iii) una INTER-acción que consiste
en un permanente dar y un constante aprovechamiento de las acciones de los
otros. Es allí, en esta mutualidad, donde surge la confianza, y es desde esa
confianza que puede transitarse hacia CoAs que desarrollan proyectos de
investigación.
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